El 7 de octubre de 2025, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) destacó los resultados de dos informes que confirman un avance histórico: por primera vez, las energías renovables cubrieron la totalidad del incremento en la demanda eléctrica mundial.
El informe del centro de investigación Ember revela que la generación solar y eólica aumentó un 12% interanual durante el primer semestre del año, produciendo 1.023 teravatios-hora adicionales, más que suficiente para cubrir el incremento global en la demanda eléctrica, que fue de 1.020 teravatios-hora respecto al mismo período de 2024.
China: el motor del cambio energético global
Según Ember, China lidera la expansión, representando el 43% del crecimiento solar y el 44% del incremento eólico global.
A pesar de desafíos como la sequía en América del Sur o la desaceleración económica en algunos mercados, la capacidad renovable global creció de manera sostenida gracias a la combinación de avances tecnológicos, políticas energéticas y competitividad económica.
Dave Jones, director del programa global de Ember, destacó:
“Estamos presenciando la descarbonización del sector eléctrico en tiempo real. Es un avance crucial para cumplir los objetivos climáticos internacionales”.
Un cambio de paradigma estructural
Los datos demuestran que la tendencia no es coyuntural, sino estructural.
En 2024, las energías renovables ya habían cubierto el 100% del crecimiento de la demanda eléctrica global.
En 2025, esta tendencia se consolidó, alcanzando una participación del 41% en el mix energético mundial, frente al 39% del año anterior.
Jones señaló:
“La transición energética ha alcanzado un punto de inflexión. Las energías renovables ya no complementan al sistema eléctrico: lo lideran. Este cambio nos acerca a la meta de emisiones netas cero para 2040”.
Competitividad como motor principal
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) proyecta que la capacidad renovable global crecerá un 30% en 2025, alcanzando los 6.300 GW, el aumento más rápido jamás registrado.
La energía solar fotovoltaica constituye el pilar de esta expansión, representando aproximadamente tres cuartas partes de la nueva capacidad instalada.
Los precios de los módulos solares son un 50% más bajos que a finales de 2023, y los costos de las turbinas eólicas también han disminuido significativamente.
Estos factores consolidan a las energías limpias como la fuente de electricidad más competitiva a nivel mundial, superando al carbón hacia finales de 2025.
Factores clave de la transición energética global
La AIE identifica los principales impulsores del crecimiento renovable:
Apoyo político en más de 130 países.
Liderazgo de China, la Unión Europea, Estados Unidos e India.
Expansión acelerada en mercados emergentes como Brasil, India y el sudeste asiático.
El informe señala que las adiciones de capacidad renovable en 2025 serán al menos un 50% superiores a las de 2022, lo que demuestra que la transición energética global se ha acelerado de forma significativa en apenas tres años.
Perspectiva técnica
Desde el punto de vista de la ingeniería eléctrica, este cambio implica una transformación profunda en el diseño, la planificación y la operación de los sistemas eléctricos.
Las redes del futuro deberán ser más digitales, flexibles y resilientes, integrando fuentes distribuidas, almacenamiento energético y sistemas inteligentes de gestión de la demanda.
El reto no solo es técnico: también abarca la regulación, la planificación y la ciberseguridad de infraestructuras críticas.
Conclusiones
La energía eólica y solar están demostrando que pueden ser el motor del crecimiento económico sostenible.
Este avance no es resultado de la casualidad, sino de décadas de innovación tecnológica, políticas coherentes e inversiones estratégicas.
El desafío global consiste en acelerar el ritmo de la transición energética para mantener el objetivo de limitar el aumento de la temperatura promedio mundial a 1,5 °C.
Si las tendencias actuales continúan, 2025 podría pasar a la historia como el año en que la humanidad comenzó a reducir de forma sostenida su dependencia de los combustibles fósiles.
